Si hablamos de una persona "endeudada" o "con deuda" muchos imaginarán alguien agobiado por los pagos o con problemas para mantener el dinero en su billetera (o su cuenta corriente). Sin embargo, no todas las deudas son malas...
Una deuda es la obligación que tiene una persona de pagar o devolver una cosa, generalmente plata. Muchas veces las deudas se perciben como algo negativo para las finanzas personales, pero no todas son malas: hay tipos de deuda que te pueden ayudar a generar dinero.
Las deudas buenas son aquellas en las que se pide plata prestada para adquirir bienes que te generen alguna rentabilidad y, por ende, flujo de plata en tu cuenta bancaria. En general, una buena forma de aumentar el patrimonio es a través del “apalancamiento” de deuda en forma responsable.
Las deudas positivas son las usadas para comprar activos. Por ejemplo: comprar una propiedad que luego arrendarás.
La idea del activo que compres con la deuda buena es que te genere beneficios económicos.
Y luego están las deudas malas. Son las que adquieres para comprar bienes que no necesitas o no puedes permitirte comprar. Por ejemplo: pedir un crédito que te demorarás un año en pagar para irte de vacaciones 15 días.
Otro tipo de deuda mala son las tarjetas de crédito cuando se usan sin planificación, porque con el tiempo las altas tasas de interés te pueden costar mucho dinero.
Finalmente, la deuda "buena o mala" depende mucho de tu salud financiera y de para qué uses el dinero que estás pidiendo prestado.